El objetivo del protocolo utilizado durante el curso (protocolo PMP del PNEI) es guiar los participantes hacía las cuatros etapas de crecimiento personal aquí seguidamente expuestas:

Primera fase: conciencia del estado de fragmentación

La primera fase está orientada a ayudar a la persona a tomar conciencia de sí misma y de su malestar, en términos de fragmentación de la unidad del sistema psicosomático. Normalmente en esta primera fase se utiliza el Protocolo Básico. Una vez que nos hemos vuelto más conscientes del estado real de la situación global, pasamos a las siguientes dos fases que, a veces, tienen lugar simultáneamente.

Segunda fase: el trabajo sobre lo “negativo” y lo reprimido

La segunda fase está dirigida a promover la liberación de bloqueos psicosomáticos a través de la desinhibición de la acción que los provocó, es decir, a promover la expresión de energías, emociones o pensamientos que han sido reprimidos por eventos o condicionamientos familiares o sociales.

Consideramos la “catarsis” (abreacción) de emociones “negativas” y la expresión de pensamientos y acciones de “negación”, como procesos psicoterapéuticos de liberación y descondicionamiento análogos al proceso médico de desintoxicación física. La liberación psicosomática de bloqueos genera un despertar de energías físicas, vitalidad y poder personal que se manifiesta como un recurso físico, emocional y psicológico que permite a la persona sentirse más centrada y realizar cambios importantes en su vida.

La tercera fase: el trabajo sobre el “positivo” y la reparación

La tercera fase está dirigida a promover el despertar de los recursos “positivos”, la reparación y recuperación de las experiencias perdidas, tanto a nivel físico como emocional y cognitivo. Es la fase que permite a la persona transformar muchas emociones, experimentadas como “negativas” y disfuncionales en la segunda fase y regenerarlas, reconociéndolas como energías “positivas” y funcionales del Yo. La ira se convierte en determinación, la tristeza en dulzura, el miedo en presencia.

En esta fase de “reparación” creamos estructuras, tanto individuales como grupales, que permiten a la persona revivir las principales experiencias que le faltan en su vida, desde el placer corporal, al afecto materno, al juego infantil, al reconocimiento del Yo.

Se ayuda a la persona a expresar sus sentimientos y valores profundos que nunca ha expresado. En esta fase, también apoyamos el reconocimiento y la vivencia directa de la propia dignidad como ser humano y la toma de conciencia de los propios valores, orientando a las personas a implementarlos creativamente en la vida cotidiana.

Cuarta fase: la realización de la unidad del ser y la desidentificación

Cuando el proceso de crecimiento llega a su fin, observamos que la persona siente que se ha liberado del viejo yo, rígido e identificado con los viejos dolores, resentimientos y miedos, que es capaz de expresar sus sentimientos tomando conciencia de su natural integridad y unidad. En este punto tiene lugar un proceso espontáneo de desidentificación y renovación, en el que la persona se desprende del apego a recuerdos disfuncionales y traumas pasados ​​y comienza a vivir su presente con mayor integridad. Esta es la nueva conciencia, la base del nuevo paradigma y la posibilidad de que cada persona contribuya activa y creativamente al cambio global de nuestro planeta.

LAS PRÁCTICAS PSICOSOMÁTICAS DEL “PROTOCOLO BÁSICO”

El “Protocolo Básico” incluye las siguientes prácticas principales de 1° – 2° grado, que se enumeran brevemente sin el debido estudio metodológico y aplicativo, para dar una idea del esquema subyacente de un posible abordaje psicosomático integrado y flexible. Estas prácticas en forma de audio o video se pueden descargar de forma gratuita desde el sitio web www.benessereglobale.org.

Mindfulness psicosomático. (Habilidades para la vida: autoconocimiento, manejo del estrés, empatía). El cual se practica al inicio y al final de cada sesión y en lo posible se invita a practicarlo diariamente hasta restablecer el equilibrio psicosomático.

El escaneo corporal psicosomático. (Habilidades para la vida: autoconciencia, comunicación efectiva, manejo del estrés, manejo de las emociones), siempre representa la práctica inicial como ya se describió.

Los “Tres Sonidos”. (Habilidades para la vida: autoconocimiento, manejo del estrés). Los “Tres Sonidos” es una práctica muy sencilla y eficaz para frenar la hiperactividad simpática y mejorar la percepción de la energía interior. Por lo tanto, es una “técnica facilitada” para la atención plena y el escaneo corporal psicosomático. También se usa cuando la persona está muy estresada y “en su cabeza” y no puede desacelerar sus pensamientos lo suficiente como para escuchar la respiración de su cuerpo. La meditación de los “Tres Sonidos” que hemos desarrollado para permitir incluso a personas con hiperactividad cognitiva detener la mente y poder relajar el cuerpo entrando en un espacio de silencio y atención plena. El desarrollo de la conciencia energética es la primera forma eficaz de autocuración, que permite a cada persona, una vez consciente de su propio bloqueo o trastorno, intervenir eficazmente con prácticas de “promoción de la salud” como indica la OMS

Dulce contacto empático y masaje respiratorio. (Habilidades para la vida: manejo del estrés, empatía, relaciones efectivas). Esta práctica se realiza por parejas entre personas en grupo o individualmente con el paciente acostado en la cama con los ojos cerrados mientras el terapeuta sujeta delicadamente sus manos y las mantiene quietas con un “contacto suave y empático” primero sobre la cabeza, luego sobre el corazón y el vientre. Tras esta práctica “tranquilizadora”, la persona previamente agitada y reactiva aparece más tranquila y relajada, y luego se procede a una práctica más profunda que hemos llamado simplemente “masaje estomacal suave”, sincronizada con la respiración de la persona y del operador, que también se puede hacer en personas vestidas, lo que permite disolver la mayor parte de la tensión, aunque es un paliativo, si una persona que sufre ataques de pánico consigue relajar el estómago las crisis cesan o comienzan con síntomas mucho más leves. Además del masaje de estómago, el protocolo incluye diferentes tipos de masaje: espalda, hombros-cuello, pies, etc.

Ejercicios energéticos. (Habilidades para la vida: autoconciencia, manejo del estrés, manejo de las emociones (agresión)). Estas prácticas corporales también están asociadas a “ejercicios energéticos” que permiten liberar tensiones neuromusculares generales, con ejercicios específicos en los siete niveles psicosomáticos. Suele empezar con ejercicios de aflojamiento del control y “dominancia neurocognitiva” con los “ejercicios bodyflow” de movilización cuello-cabeza, y con el “ejercicio de algas”. Entonces trabajamos movilizando el nivel psicosomático más rígido o inhibido. Cuando la persona ha comenzado a sentir bien su cuerpo como fluido o energías bloqueadas, hace el ejercicio -sencillo y muy eficaz- de “tensiones y relajaciones” que le permite tomar mucha conciencia del nivel de desequilibrio y tensión simpático parasimpático, también residual, es decir, eliminado o inconsciente, presente en todo el cuerpo y para comenzar a disolverlo y reequilibrarlo. Termina con meditaciones de respiración global de la “cascada”, la “fuente” o el “corazón”, el “sol” o los “sonidos”. Los “ejercicios energéticos” son la evolución de las prácticas de la medicina tradicional china e india de Tai Chi, Qi Gong, Yoga Energético y Kum Nye, que fueron denominadas “prácticas de larga vida”, para revitalizar las funciones fisiológicas del cuerpo, aumentar la fluidez y fuerza, reequilibrar los más mínimos desequilibrios, disolver tensiones y pequeños bloqueos psicosomáticos: elementos imprescindibles para mejorar la salud y realizarse en la vida. En PubMed, uno de los sitios más importantes de artículos científicos, puedes encontrar más de 700 publicaciones sobre la eficacia del Tai Chi y el Qi Gong -la base de nuestros ejercicios energéticos- en la reducción de riesgos cardiovasculares, en la mejora de la depresión, dolor y trastornos esqueléticos, artrosis, insomnio, patologías pulmonares, calidad de vida de los pacientes con esquizofrenia, diálisis, cáncer de mama, cáncer de próstata, fibromialgia, diabetes, etc. (ver referencias bibliográficas al final del capítulo).

Manejo de emociones e inteligencia emocional: dibujo psicosomático y círculo. (Habilidades para la vida: manejo de emociones, comunicación efectiva, empatía, relaciones efectivas, creatividad). El Protocolo Básico incluye una serie de prácticas sencillas que han demostrado su eficacia para el primer acercamiento al reconocimiento, expresión y puesta en común de las emociones. Este trabajo de “alfabetización emocional” y desarrollo de la “inteligencia emocional” ha resultado de gran ayuda tanto en los pacientes más cerrados (alexitímicos) como en las clases de niños y adolescentes donde se desarrollaba el Proyecto Gaia Kirone. Las experiencias relatadas por la persona en el light bodyscan emocional son el primer elemento psicosomático de expresión que el terapeuta escucha y ayuda a descifrar y comprender con mayor articulación lingüística y psicológica. En esta fase también se utiliza el “dibujo psicosomático”, una práctica muy precisa y no proyectiva de expresión “artística” y no verbal de los bloqueos y emociones relacionadas, que permite una mayor facilitación de la expresión de la experiencia interior. A esto podemos agregar prácticas de compartir en grupo, en las que hemos desarrollado una práctica de facilitar la expresión y el intercambio de emociones con especial atención a las emociones “negativas” que pueden transformarse en recursos “positivos”.

Meditación Evolution. (Habilidades para la vida: autoconocimiento, manejo del estrés). Estas dos prácticas sintomáticas se mejoran mucho al asociar la meditación “Evolución” que hemos desarrollado para movilizar el eje neurocognitivo. Esta técnica resulta indispensable en personas con mucha energía física que simplemente no pueden relajarse pero deben hacerlo. La práctica tiene una duración de 48 minutos y se divide en cuatro fases: las dos primeras activan el sistema simpático de forma natural y positiva y se realizan de pie, y los dos segundos el parasimpático y se sientan. Una música sigue las cuatro etapas con ritmos y tonos que han sido experimentados durante mucho tiempo para dar los resultados deseados. La primera fase a través de un movimiento rítmico, instintivo y no controlado cognitivamente, te permite tomar conciencia de toda la columna y disolver verticalmente los bloqueos, la segunda a través de una música más rítmica y vivaz te permite liberar las energías corporales de forma fluida y de manera rítmica, en la tercera fase entras en un estado de mindfulness psicosomático y en la última entras en la autoconciencia y el silencio profundo.

LAS TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN FACILITADA AL MINDFULNESS

Deben ayudar a los participantes a mantener los ojos cerrados e internalizar la conciencia. Es posible que se armonizará el curso utilizando prácticas ligeramente diferentes si los participantes lo necesiten.

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